sábado, 31 de mayo de 2025

Violencia de Género.

 

Concepto de Violencia de Género.

La violencia de género es un concepto recientemente introducido y se ha establecido, en términos generales, como una expresión de la discriminación, el contexto de desigualdad y las relaciones de poder entre hombres y mujeres, lo que conllevaría una violencia dirigida contra las mujeres simplemente por su condición de serlo.

Esta violencia representa un problema social de gran envergadura a escala global.   Ecuador es una nación que muestra una situación de gravedad respecto a la violencia de género.   De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, 6 de cada 10 mujeres ecuatorianas de 15 años en adelante habían padecido una o más agresiones físicas, psicológicas, sexuales o patrimoniales, debido a su condición de ser mujeres.

Violencia de Género a nivel global.

La violencia hacia las mujeres constituye una infracción evidente de los derechos humanos, y en las décadas recientes ha ganado mayor importancia debido al impacto social que causa.  Esto es resultado de las elevadas tasas de prevalencia que ocurren a escala global, a pesar de los acuerdos internacionales y las estrategias gubernamentales implementadas para erradicar este problema.

De acuerdo con la OMS (2013), a escala global, el 35% de las mujeres a nivel global han padecido violencia física o sexual por su pareja o expareja, o violencia sexual por personas distintas a su pareja.  En cuanto al femicidio, la forma más grave de violencia contra las mujeres, el 38% de los homicidios totales son atribuibles a la violencia en el hogar.  Según datos oficiales del Observatorio de Igualdad de Género en América Latina y el Caribe, se contabilizan 4.555 mujeres víctimas de femicidios o feminicidios en 2019.

En Honduras (6,2), El Salvador (3,3), la República Dominicana (2,7) y el estado plurinacional de Bolivia (2,1), se registran las tasas más altas de feminicidios por cada 100.000 mujeres.  En 2019, en el Caribe, 6 países informaron que 26 mujeres murieron a causa de violencia de género (CEPAL, 2020).

Se reconoce que la violencia de género constituye una violación a los derechos humanos de las mujeres, dado que se expresa en delitos como los homicidios de mujeres, violaciones a la integridad sexual y reproductiva, actos de discriminación y manifestaciones de odio.  La "Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres" fue realizada por el INEC, el Ministerio del Interior y la Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género, determinando que 6 de cada 10 mujeres en Ecuador han padecido violencia.

Violencia basada en género.

Examinar la violencia bajo un enfoque de género requiere adentrarse en un ámbito complejo y extenso que trasciende las agresiones físicas perceptibles. Este método posibilita el análisis de diversas dimensiones, incluyendo las relaciones de poder que mantienen sistemas de control. Por esta razón, es crucial entender este fenómeno social desde una perspectiva más profunda, extensa y contextual.



Características psicosociales

 

El término psicosocial hace referencia al comportamiento humano y su integración en la sociedad y el comportamiento individual es examinado desde la perspectiva de los factores sociales. Donde el comportamiento humano en un entorno social es el tema de investigación de la psicología individual y la sociología. (Turiel, 2011).

Factores implicados en los contextos sociales.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), llevó a cabo una investigación global sobre la violencia y la salud a pedido desde un enfoque ecológico, con el objetivo de examinar los factores sociales, familiares y personales como un medio de protección o riesgo en el problema de violencia de género. Se consiguieron reconocer varios factores relevantes en los contextos sociales; sobresalen los siguientes:

Factores biológicos: Rasgos demográficos, desórdenes psicológicos, dependencias y adicciones, historial de agresividad.

Factores familiares: Familia, amistades, el amor y los colegas.

Factores comunitarios: escuela, el trabajo, el vecindario.

Factores de carácter general: Vinculados a la organización social. En esta etapa, se toman en cuenta las políticas gubernamentales en materia de salud y educación.



La dependencia financiera y la inequidad en las relaciones.

 

Por lo general, las mujeres que viven bajo la sombra de la dependencia financiera de sus parejas, enfrentan dificultades de autovaloración en su existencia. Por lo tanto, sus hijos se desarrollan y la percepción de "no ser útil para nada" se intensifica.  Esta noción surge de la idea de que la mujer posee una menor habilidad para ser productiva en su entorno familiar y social. Los hombres que conviven con mujeres dependientes, experimentan gradualmente una reducción en la apreciación de su compañera, lo que los lleva a ser dominantes con sus parejas.

Por otro lado, la escasez laboral y los recursos limitados intensifican la inequidad entre el hombre y la mujer, generando episodios de violencia hacia sus esposas. Además, la falta de recursos financieros implica inconvenientes inmediatos al buscar un divorcio, es decir, que se atraviesan periodos complicados para las mujeres, solo por ser mujer pueden experimentar vejaciones, agresiones y humillaciones de todas clases. Sin embargo, es real, factible e inunda las crónicas de la prensa de un tono vergonzoso, cruel y con el terror de lo repetitivo. Un problema añadido es que no hay suficiente sensibilización en relación a una mujer.

Por lo consiguiente, entendemos que la violencia de género tiene una relación parcial con la transformación que ha ocurrido en la relación de poder que mantenía el hombre con la mujer. Si en algunos casos, gracias a la independencia económica, esto ha evolucionado, no ha sido el caso en otras vertientes, en las que es necesario continuar insistiendo. Los patrones de género se forman, se adquieren y producen impactos durante décadas. En diversas investigaciones se ha observado que la capacidad de los chicos para solucionar problemas de manera agresiva y las mujeres para solucionar problemas con estrategias emocionales delicadas se adquiere desde la niñez y se fortalece en el ambiente social.




Fuentes culturales y sociales.

 

La mujer no establece la relación con quien cree que se transformará en su agresor; la violencia se desarrolla a través de la relación que la víctima establezca con el agresor, que se vuelve cada vez más complicada. Durante sus primeros años, la mujer puede experimentar expresiones de envidia como evidencia de un amor y cariño hacia ella. Incluso creyendo que él siente desamparo hacia ella, más adelante, cuando nazca su primer hijo, la relación cambiará radicalmente. Todo será diferente para ambos, porque inicialmente, la mujer quedará asustada y se asustará al aparecer la primera agresión (verbal, gestual o física), por lo que la violencia no se alinea con la noción de un objetivo colectivo de confianza y futuro. Igualmente, esto provocará que la mujer vaya a asimilar la transformación de comportamiento que él va a producir con el transcurso del tiempo y que ella vaya a aceptar por miedo y temor hacia él.



Perfil de la mujer maltratada.

 

El abuso siempre se presenta de la misma forma y provoca efectos similares en las mujeres. Es posible que, en cualquier estrato social, una mujer sea objeto de abuso por su pareja. Sin embargo, no hay una única imagen de la mujer agraviada, hay una serie de rasgos comunes en todas las víctimas: el ataque comienza entre los 17 y 28 años; en la mitad de los casos se presentan historiales de episodios de depresión previos al maltrato, y la dependencia o propensión a formar relaciones desiguales con el otro sexo, aceptando normas de edad avanzada en la relación.

La mujer abusada generalmente muestra una serie de características psicológicas y emocionales profundamente impactadas por la violencia que ha experimentado, entre las que se incluyen la creencia en los mitos acerca de la violencia en el hogar, una baja autoestima y un sentimiento de culpa por haber sido agredida, lo que la conduce a ser vista como culpable del maltrato. Tiene frustración en sus roles de mujer, esposa y madre, además de sentir constantes miedos y pánico.

La habilidad de la mujer para gestionar su vida se ve mermada y experimenta emociones contradictorias, como la opresión de ser agredida, pero al mismo tiempo la convicción de que merecía el abuso. Sintiéndose incapacitada para solucionar su situación, piensa que nadie puede asistirla y se siente afectada por el comportamiento del agresor. Este escenario la lleva al aislamiento social, al peligro de incurrir en adicciones, a asumir la tradición de la supremacía masculina y a temer al divorcio como una alternativa de escape.



Tipos de Violencia.


 

La grave situación de la violencia de género en Ecuador.

 

Ecuador se encuentra en una situación alarmante respecto a la violencia de género; de acuerdo con datos oficiales, seis de cada diez mujeres admiten haber sufrido maltratos (Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2012), aunque gran cantidad de las mujeres víctimas de violencia no se animan a reportar al agresor (PONTÓN, 2009). En las tres últimas décadas, se han realizado significativos esfuerzos para eliminar la violencia de género en Ecuador, de acuerdo con la siguiente cronología que hemos construido basándonos en la información proporcionada por BARREDO, CEVALLOS y ZURBANO (2014) y El Telégrafo (2014, 14 de enero):

  •   1979. En el Ministerio de Bienestar Social, se establece la "Oficina Nacional de la Mujer".
  • 1980. En Quito, Guayaquil, Cuenca, Sucumbíos y Orellana se ponen en marcha las Casas de Acogida o Resguardos para las víctimas.
  • 1994. Ecuador ratifica la Convención Interamericana para Prevenir, Penar y Eliminar la Violencia hacia las Mujeres.
  • 2007. El Decreto Número 620 es rubricado por Rafael Correa: se reconoce como "política estatal" la eliminación de la violencia.
  • 2014. La violencia de género es descrita por el Código Orgánico Integral Penal como un fenómeno de naturaleza física, psicológica y sexual.




Cifras actuales sobre la violencia de género.

 

Información Estadística de Femicidios a Nivel Nacional.

La violencia de género se refiere a cualquier acto o comportamiento que, fundamentado en el género, provoque muerte, perjuicio o dolor físico, sexual, psicológico o económico, ya sea en el contexto público o privado. Esta problemática no solo refleja la inequidad estructural entre varones y mujeres, sino que representa una severa y constante infracción a los derechos humanos. (ONU Mujeres, 2023).

Información actualizada acerca de la situación en Ecuador muestra datos preocupantes. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (ENVIGMU), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2019), el 64,9 por ciento de las mujeres en Ecuador han padecido alguna forma de violencia a lo largo de su existencia. Las formas más habituales incluyen:

Violencia psicológica: 56,9 %

Violencia física: 35,4 %

Violencia sexual: 32,7 %

Violencia patrimonial: 16,4 %

Cuadro No. 1: Número de víctimas de femicidio 2014-2024.

AÑO

VICTIMAS

2014

26

2015

56

2016

70

2017

100

2018

67

2019

64

2020

71

2021

69

2022

88

2023

108

2024 (*)

38

TOTAL

757

Fuente: INEC, 2024.

Análisis:  En 2023, se registró la mayor cantidad de homicidios de mujeres, representando el 14,27% del total mundial.  Respecto al año 2017, es el segundo con la prevalencia más alta de estos delitos. Es crucial destacar que un caso de femicidio fue llevado a juicio en febrero de 2014, pese a que la inclusión oficial de este delito en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) se realizó en agosto de ese mismo año. En el lapso que abarca desde el 1 de enero hasta el 26 de mayo de 2024, se contabilizaron 38 casos de homicidio femenino en el país. (INEC, 2014-2024).



Marco Normativo. (leyes, reglamentos y normas en el ámbito especifico de la problemática).

 


Marco Normativo: Violencia como Problemática a nivel Nacional.

La violencia de género en Ecuador, constituye una seria infracción a los derechos humanos de las mujeres.  Donde este problema se evidencia con intensidad, impactando principalmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes, y exigiendo una solución completa desde el ámbito legal y social.  A continuación, se expone un resumen de leyes, reglamentos y normas actuales que rigen y aspiran a eliminar este tipo de violencia, desde una perspectiva feminista y de derechos humanos.

Constitución de la República del Ecuador (2008).

El artículo 66, numeral 3, de la Constitución reconoce el derecho de los individuos a una vida sin violencia, tanto en el contexto público como privado.  Adicionalmente, decreta la paridad entre hombres y mujeres (Art. 11, numeral 2) y fomenta acciones de acción afirmativa para erradicar la discriminación fundamentada en el género. (Del Ecuador, 2008).

Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (LOIPEVCM, 2018)

Esta normativa instaura un sistema nacional completo para prevenir y eliminar la violencia hacia las mujeres. Identifica diversas formas de violencia (tanto física, psicológica, sexual, patrimonial, simbólica, política, gineco-obstétrica, entre otras) y fomenta la asistencia, protección y reparación integral de las víctimas. (Saud et al. 2024).

Ley contra la Violencia a la Mujer y la Familia (Ley 103)

Esta legislación, aprobada en 1995, representó una de las primeras normativas concretas para sancionar la violencia en el hogar en el país. Aunque la LOIPEVCM ha impuesto en gran parte sus reglas en ciertos procesos, especialmente en el ámbito judicial. (Ecuador, 1997).

Código Orgánico Integral Penal (COIP, 2014).

Desde el punto de vista COPI, 2013, menciona que clasifica varias formas de violencia hacia la mujer o los miembros de la familia como delitos (Artículos 155 a 158).   Establece acciones preventivas, procedimientos judiciales especializados y sanciones directas para los responsables. (Penal, 2014)

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar La Convención de Belém do Pará sobre Violencia contra la Mujer (1994).

El Estado ecuatoriano ha ratificado un acuerdo internacional que reconoce el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia y establece obligaciones estatales para su prevención, sanción y supresión. (Convención Interamericana para prevenir la violencia contra la mujer, 2005)

Políticas Públicas y Organismos de Apoyo.

Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos: Organiza programas a nivel nacional para eliminar la violencia y proporciona líneas de asistencia para las víctimas.

Defensoría Pública del Ecuador: Ofrece asistencia legal gratuita en situaciones de violencia doméstica.

Ministerio de Educación: Ejecuta programas de prevención de violencia en ambientes educativos y fomenta la educación basada en la equidad.



Derechos de los individuos que pertenecen al grupo de vulnerabilidad.

 

A continuación, se describen los derechos contemplados en el Capítulo Tercero, conocido como Derechos de los grupos prioritarios, que es un componente del Título II, vinculado a los derechos, en la Constitución ecuatoriana de 2008. Es crucial destacar que estos derechos se definen en un capítulo distinto al de los Derechos de la Vida Buena. Por otro lado, la Constitución de 1998 incluía los derechos de los grupos en situación de vulnerabilidad en el capítulo consagrado a los derechos económicos, sociales y culturales.

Establecimiento de grupos prioritarios de acuerdo con la Constitución de 2008:



Enfoque


 

La labor del trabajador social frente a estas problemáticas.

 

El trabajo del trabajador social en respuesta a los problemas que impactan a los grupos prioritarios es crucial, dado que funciona como un enlace entre la población en situación de vulnerabilidad y los recursos del Estado y la comunidad. Su labor se centra en asegurar el acceso a derechos, impulsar el bienestar y promover la inclusión social, particularmente en situaciones de desigualdad, discriminación y violencia. Mediante el apoyo, la guía e intervención directa, el trabajador social aspira a fortalecer a individuos y comunidades, fomentando transformaciones duraderas en su calidad de vida.

En situaciones particulares como la violencia en el hogar, el abuso hacia los niños o el desamparo de personas de edad avanzada, el especialista en trabajo social desempeña un papel crucial en la identificación precoz, la denuncia y el seguimiento de los incidentes. Además, trabaja de cerca con otras entidades como centros sanitarios, entidades judiciales, educativas y entidades de protección de derechos, con el fin de proporcionar una respuesta completa y a tiempo. Su acción no se restringe a lo sanitario, sino que aspira a modificar las causas estructurales de la violencia y la marginación.

Por lo tanto, en circunstancias de emergencia como catástrofes naturales o crisis de salud, los profesionales del trabajo social juegan un papel activo en la valoración de necesidades, coordinación de asistencia humanitaria y control de las emociones. Su participación en estos escenarios asegura que la atención prioritaria se implemente con un enfoque de derechos y equidad, enfocándose en aquellos que se encuentran con mayores obstáculos para obtener servicios fundamentales o protección. Además, detectan situaciones de doble vulnerabilidad, proporcionando una atención especializada y distinta.

El trabajador social es también un agente de cambio y sensibilización social. A través de campañas educativas, talleres comunitarios y procesos participativos, contribuye a generar conciencia colectiva sobre los derechos de los grupos prioritarios y a desmontar estigmas y prejuicios que perpetúan su marginación. Su labor es indispensable para construir una sociedad más justa, solidaria e inclusiva, en la que todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos sin importar su condición o situación.





viernes, 30 de mayo de 2025

Conclusiones.

 

En conclusión, la violencia es un problema profundamente enraizado en elementos psicosociales y culturales, en el que la dependencia económica, los patrones de género convencionales y la desigualdad en las relaciones mantienen el control masculino y la subyugación de las mujeres, impactando seriamente en la salud emocional y la independencia de las mujeres.

El perfil de la mujer abusada no se limita a un solo estatus social, sino que tiene rasgos compartidos como la baja autoestima, la culpabilidad, el temor, la frustración y la aceptación de relaciones desparejas. Además, entender la violencia de género requiere superar los actos evidentes de violencia y analizar el entramado de relaciones de poder, subordinación económica, normas culturales y dinámicas familiares que mantienen la subordinación de las mujeres; por ende, los modelos de género, asimilados desde la niñez y fortalecidos en la adultez, fomentan comportamientos habituales de control, envidia, dominación y agresividad que numerosas mujeres acaban aceptando por temor u obediencia.



Recomendaciones.

 

Es necesario que dentro de las aulas de clases se incorpore un plan de estudios con contenidos que fomenten la igualdad, el respeto y la equidad entre hombres y mujeres desde las primeras fases del progreso educativo. Estos programas deben tratar los estereotipos de género, instruir acerca de vínculos saludables y aceptados, y promover la autoestima y el empoderamiento en ambos sexos. La educación precoz es fundamental para desmantelar patrones culturales que fomentan la violencia y para edificar generaciones venideras más conscientes, empáticas y justas.

Por lo general, es fundamental que todos los trabajadores del sistema judicial, policial y de salud se capaciten de manera constante y especializada en violencia de género y derechos humanos. Esta formación no solo debe centrarse en el reconocimiento y cuidado apropiado de los casos, sino también en erradicar actitudes revictimizantes que mantienen la impunidad. Un sistema institucional compasivo, formado y concienciado es esencial para la efectiva salvaguarda de las víctimas.






Violencia de Género.

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